Más allá del negro riguroso, los protocolos sobrios y los silencios necesarios, en las funerarias también se trabaja. Y como en cualquier otro entorno laboral, allí existen tensiones, liderazgos, compañerismo… o su ausencia.
A menudo invisibilizado, el sector funerario guarda particularidades únicas cuando se trata de su clima laboral y cultura empresarial, marcadas por el contacto permanente con la muerte, la necesidad de contención emocional y, paradójicamente, la falta de reconocimiento social.
Un entorno emocionalmente exigente
Estudios recientes han destacado los retos específicos que enfrentan estos trabajadores. Según un informe publicado por el International Journal of Environmental Research and Public Health, el sector funerario está afectado por altos niveles de agotamiento emocional y cinismo laboral, derivados tanto de la incivilidad de los supervisores como del estigma social asociado al trabajo con la muerte.
Este entorno emocionalmente demandante repercute directamente en el clima organizacional. Trabajadores reportan sentirse poco valorados, tanto por la sociedad como por sus superiores, generando un ambiente en el que el apoyo interpersonal es más necesidad que cultura.
Cuando el duelo es propio: adicciones como vía de escape
Una de las consecuencias menos visibilizadas del entorno laboral funerario es la tendencia al consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias como forma de escape emocional. Investigaciones recientes, como la publicada por Cegelka et al. en American Journal of Health Behavior (2020), revelan que muchos trabajadores del rubro reportan hábitos poco saludables vinculados al estrés crónico, la fatiga por compasión y la falta de espacios adecuados para procesar sus propias emociones. La rutina de enfrentarse constantemente a la muerte, sumada a una cultura de silencio emocional, puede llevar a algunos a encontrar alivio momentáneo en conductas adictivas, en lugar de recurrir a ayuda profesional o institucional. Esta realidad subraya la necesidad urgente de implementar programas de salud mental, prevención de adicciones y promoción de hábitos saludables, especialmente diseñados para este sector.
Complicidad, humor y resignificación: cultura desde adentro
Pese a las dificultades, emergen formas de resistencia y construcción cultural propias del rubro. La literatura especializada describe cómo, dentro de estos entornos, los trabajadores crean lazos de solidaridad horizontal, a menudo expresada a través del humor negro, la ironía y la resignificación del sentido del trabajo.
“Hablar entre colegas de lo que vivimos, aunque sea con un chiste, nos hace sentir menos solos”, comenta un empleado de crematorio entrevistado en un estudio cualitativo de la Universidad de Turín.
Este sentido compartido de identidad cobra fuerza como cultura empresarial no oficial, que sostiene al trabajador emocionalmente donde la organización formal muchas veces falla.
Liderazgo y reconocimiento: el talón de Aquiles
La relación con los superiores se presenta como uno de los principales puntos críticos. El liderazgo distante o insensible ha sido identificado como un factor directamente asociado a mayores niveles de estrés y burnout.
El estudio italiano mencionado señala que la incivilidad por parte de supervisores tiene más peso en la salud mental de los empleados que el propio contacto con cadáveres o familiares en duelo.
Este hallazgo subraya la urgencia de capacitar a líderes funerarios en habilidades de comunicación, inteligencia emocional y manejo de equipos en contextos delicados.
¿Cómo mejorar el clima laboral en funerarias?
Los expertos proponen varias estrategias para fortalecer el bienestar en el sector:
- Formación en liderazgo empático para supervisores.
- Espacios de contención emocional y programas de salud mental laboral.
- Campañas internas de resignificación del trabajo, que refuercen su valor social.
- Reconocimiento institucional del personal funerario, especialmente tras su rol clave durante la pandemia.
También se recomienda desarrollar una cultura organizacional basada en el respeto, el propósito común y el cuidado mutuo, pilares fundamentales en profesiones que lidian cotidianamente con la fragilidad humana.
En conclusión
El sector funerario no solo acompaña duelos: también carga con los propios. El clima laboral y la cultura empresarial pueden ser fuentes de desgaste o, si se trabajan conscientemente, espacios de dignidad y sentido para quienes conviven a diario con el final de la vida.