El sector funerario en el Perú enfrenta un desafío constante en la conservación de cadáveres, un proceso esencial para garantizar ceremonias dignas y respetuosas. La preservación de cuerpos es crucial en un país donde los rituales funerarios varían según las tradiciones culturales y religiosas, lo que exige técnicas adecuadas y regulaciones claras.
Técnicas de Conservación y su Importancia
La conservación de cadáveres en el Perú se realiza principalmente mediante embalsamamiento y refrigeración. El embalsamamiento permite retrasar la descomposición a través de productos químicos que preservan los tejidos, facilitando la velación y el traslado del cuerpo a largas distancias. Por otro lado, la refrigeración se emplea cuando no es necesario un tratamiento prolongado, manteniendo el cuerpo en cámaras frías para su posterior inhumación o cremación.
Sin embargo, el acceso a estos servicios varía según la infraestructura de cada región. En zonas urbanas como Lima y Arequipa, las funerarias cuentan con tecnología avanzada, mientras que en regiones rurales las opciones son limitadas, lo que puede generar dificultades en la preservación de los cuerpos.
Normativas y Regulaciones en el Perú
En el país, la regulación de la conservación cadavérica está a cargo del Ministerio de Salud (MINSA), que establece protocolos de bioseguridad y procedimientos específicos para evitar riesgos sanitarios. La normativa vigente exige que las funerarias cumplan con estándares de manejo de sustancias químicas y con las condiciones adecuadas de almacenamiento de cuerpos.
De acuerdo con la Ley de Cementerios y Servicios Funerarios del Ministerio de Salud, el Artículo 22 establece que «la conservación transitoria de un cadáver será obligatoria cuando haya de ser inhumado, con traslado o no, dentro del territorio nacional, pasadas las cuarenta y ocho horas de producirse la defunción». Esta disposición busca garantizar que los restos sean manejados en condiciones sanitarias adecuadas y evitar riesgos a la salud pública.
Asimismo, según la Ley General de Salud, se debe proceder con el embalsamamiento en los siguientes casos: cuando han transcurrido más de 48 horas desde el fallecimiento, cuando el cuerpo será trasladado por vía terrestre a más de 300 km de distancia, cuando se requiera transporte aéreo sin importar el destino o cuando el cuerpo no se encuentre en condiciones óptimas para su manipulación y conservación. Estas normativas buscan asegurar que los procesos funerarios cumplan con estándares sanitarios y logísticos adecuados.
No obstante, especialistas en el sector han manifestado la necesidad de actualizar estas regulaciones para incluir tecnologías más sostenibles, como técnicas de embalsamamiento ecológico y refrigeración con energías renovables.
Desafíos y Perspectivas
El sector funerario enfrenta diversos desafíos, entre ellos, la capacitación del personal en nuevas técnicas de conservación y la modernización de los servicios en zonas alejadas. Además, la pandemia de COVID-19 dejó lecciones sobre la necesidad de mejorar la infraestructura funeraria y garantizar procesos más eficientes en el manejo de fallecidos.
Miguel Parra, director funerario, resalta la importancia de considerar ciertos aspectos que suelen pasar desapercibidos para los clientes, como las diferencias físicas en los procesos de conservación y en los servicios funerarios. «No es lo mismo conservar un cadáver de un difunto de 1.60 metros que uno de 1.95 metros, o de una persona de 70 kilos frente a otra de 150 kilos. Estas diferencias son fundamentales, al igual que el tamaño de los ataúdes. Son detalles que solo los proveedores de servicios funerarios comprenden y gestionan adecuadamente», afirmó.
A futuro, el sector podría beneficiarse de avances como la bio-conservación, que reduce el impacto ambiental del embalsamamiento tradicional, y la digitalización de los procesos funerarios para optimizar la gestión de servicios.
La conservación de cadáveres en el Perú es un aspecto fundamental del sector funerario, donde el equilibrio entre tradición, tecnología y regulación resulta clave para brindar un servicio digno y eficiente. La modernización de los procedimientos y el acceso equitativo a estos servicios en todo el territorio nacional continúan siendo objetivos prioritarios para el futuro del rubro funerario en el país.