Turín, Italia — Aunque son figuras esenciales en momentos de dolor y despedida, los trabajadores de funerarias, cementerios, morgues y crematorios enfrentan una dura realidad silenciosa: el desgaste emocional crónico y el aislamiento social.
Un reciente estudio italiano publicado por la International Journal of Environmental Research and Public Health arroja luz sobre una profesión históricamente invisibilizada y subestimada, y documenta cómo factores psicosociales específicos contribuyen al burnout (agotamiento ocupacional o síndrome de desgaste laboral) en esta población laboral.
El precio psicológico de trabajar con la muerte
El estudio, que encuestó a 229 empleados de distintos servicios funerarios en el norte de Italia, identificó que la conciencia del estigma, la incivilidad por parte de supervisores y la interferencia del trabajo en la vida familiar son los principales detonantes del agotamiento emocional y la despersonalización.
«La constante exposición a la muerte, el trato con familiares en duelo y la manipulación de cadáveres genera un entorno de alta carga emocional», afirman los autores. Esta dinámica, sumada al rechazo social que enfrentan por su ocupación —percibida como «trabajo sucio»—, potencia el desgaste psicológico.
El estigma que desgasta
Uno de los hallazgos más destacados fue la relación directa entre el estigma ocupacional —la percepción de ser rechazado por el tipo de trabajo— y el aumento de actitudes cínicas hacia la labor, empleados y clientes. Esta forma de desgaste psicológico funciona como una barrera defensiva, pero puede mermar la calidad del servicio.
«Los empleados que sienten que la sociedad los desprecia por su trabajo tienden a adoptar posturas distantes y frías», se lee en el estudio. Este fenómeno, conocido como cinismo laboral, afecta negativamente la empatía y el trato con las familias dolientes.
Supervisores como fuente de daño emocional
Contrario a lo esperado, el apoyo de supervisores no mostró un impacto estadísticamente significativo en la protección contra el agotamiento. Por el contrario, la incivilidad de los supervisores —actitudes frías, negligentes o despectivas— tuvo un fuerte vínculo con el agotamiento y el cinismo, sugiriendo la necesidad urgente de mejorar los estilos de liderazgo en el sector.
Familia y sentido del trabajo: factores protectores
Por otro lado, el apoyo emocional recibido en el entorno familiar se asoció con menores niveles de agotamiento emocional. También lo fue la percepción de que el trabajo tiene un sentido profundo y social, lo cual refuerza el rol de la resignificación del trabajo como estrategia de resiliencia.
“El hecho de ver el trabajo como útil y significativo ayuda a contrarrestar los efectos negativos del estigma”, explican los investigadores.
Implicaciones y próximos pasos
El estudio concluye con una advertencia clara: ignorar la salud mental de los trabajadores funerarios puede generar consecuencias tanto en su bienestar como en la calidad del servicio ofrecido. Se recomienda implementar programas de prevención psicosocial, capacitar a supervisores en liderazgo respetuoso y fomentar políticas de conciliación trabajo-familia.
Tomado del artículo: International Journal of Environmental Research and Public Health