• Aunque no hay una prueba científica de que en realidad haya vida después de la muerte, desde la existencia del ser humano en la Tierra, hemos tratado de probar de una u otra forma que aunque nuestro cuerpo muere, nuestro espíritu es eterno.

    Las religiones, la fe y la filosofía son algunas de las ramas del conocimiento humano que más tiempo y esfuerzo han dedicado en probar esta teoría. En medio de estas teorías hay vivencias, vivencias personales que se repiten una y otra vez a lo largo y ancho del mundo, que nos hacen creer que la vida no termina cuando morimos.

    Estas son algunas de las señales que diferentes personas, de diferentes lugares en el mundo han experimentado indicándoles, que ese ser querido que ha partido, aún sigue presente en nuestra vida:

  • 1. Visiones o sueños

    Miles de personas reportan haber visto a esa persona fallecida o haber tenido un sueño tan vívido, que a veces es difícil saber si fue un sueño o realmente pasó.

    En mi familia, siempre se contaba la experiencia de mi abuelo y su mejor amigo. La historia la contaba mi abuela y siempre comenzaba diciendo: «nunca hay que hacer promesas que no vayas a poder cumplir en vida»…

    El mejor amigo de mi abuelo no creía que hubiera vida después de la muerte, mientras que la fe de mi abuelo no le dejaba duda de que sí la había. Un día ambos se hicieron la promesa de que el que muriera primero, vendría a decirle al otro si había más vida después de ésta.

    Una noche, aproximadamente 30 años después de la promesa, mi abuelo estaba de sereno en un campo, de repente escuchó la vos de su amigo que estaba parado en la puerta de la habitación y le dijo: «Flaco, tenías razón, sí hay vida después de esta». Mi abuelo se asustó, salió del campo y condujo a su casa, cuando llegó, mi abuela le contó que su amigo había muerto en un accidente la noche anterior.

    Según el blog de Amanda Linette Meder, ésta es una de las señales más comunes. Ella explica «que aunque sean sueños, son sueños diferentes, se sienten reales».

  • 2. Sientes su presencia

    Especialmente en los momentos importantes de tu vida, en los momentos difíciles o en los momentos de gran felicidad.

    Muchos solemos decir cosas como, ‘como me gustaría que mi abuela esté conmigo ahora’, y en ese preciso momento un sentimiento de calidez o de confirmación te invade, algo te dice que esa persona está allí contigo.

  • 3. Crees escuchar sus voces

    En el mundo de los psíquicos o de quienes profesan tener habilidades psíquicas, a este fenómeno le llaman Clairaudience. Esto no tiene que ser necesariamente como si alguien que está vivo te hablara, sino que es algo interior, es como si pudieras escuchar que te diría esa persona en esa situación en particular en tu vida.

  • 4. Las coincidencias

    Esas cosas inexplicables que suceden en el momento que más lo necesitamos. Por lo general ocurren cuando estamos pensando en ellos, y de repente mientras estamos limpiando la casa nos encontramos con esa foto olvidada de esa persona, o alguien nos llama de la nada y nos invita a ir al cementerio a visitarlos.

    Son esas cosas simples que sólo tienen sentido para la persona que ama y extraña a quien partió.

  • 5. Las aromas

    Una de las más comunes.

    Hace un poco más de un año mi abuela partió, yo estaba en Estados Unidos y ella en Argentina, el dolor me consumía por no haber estado allí. Dos meses más tarde pude viajar con mis hijas a ver a mi mamá y a enfrentarme con la realidad que tanto me dolía. Estuvimos un mes allí y en ese tiempo decidimos viajar todos en una mini vacación a otra provincia.

    La familia completa no podía dejar de pensar en su partida y decidimos viajar para distraernos. Cuando entramos al hotel, nos paramos en el lobby y un aroma a rosas me invadió, eran rosas, pero como la fragancia de un perfume, antes de yo abrir la boca, miré a mi primo y a mi mamá y ambos tenían lágrimas en los ojos, entonces dije: ‘que impresionante el perfume a rosas’, y allí entendí sus lágrimas.

    Mi abuela se había enamorado de un perfume que había usado durante el último año de su vida, y olía a rosas. Yo no lo sabía, hacía 8 años que no había podido ir a verla. Entonces me acerqué a uno de los empleados del hotel, y le pregunté cómo se llamaba la fragancia a rosas que usaban… me miró confundido y me dijo, sólo mantenemos el ambiente limpio y no usamos ninguna fragancia, por que algunas personas son muy sensibles o irritables a las aromas.

    Como dije al principio, no hay una ciencia que soporte ninguno de estos datos, pero sí hay algo indiscutible, quienes amamos siempre, sin importar el tiempo que pase, permanecen en nuestro corazón y por ende en nuestro mundo, y quizás esa sea una de las razones que puede hacer que las familias sean eternas.